No puedo ponerle nombre a la sensación. Es como extraña, viscoza, pesada, espesa, amarga. Como si viviera en una constante mañana de esas en las que tienes que levantarte temprano y hace mucho frío y no alcanzaste a dormir suficiente. Al final uno se mueve por inercia esas mañanas, porque ganas ya no, quizás costumbre, pero ganas no.
Y los dias no son malos, te tomas un café y ya tienes la atención suficiente para sobrevivir y con eso basta la mayor parte del tiempo. La otra parte del tiempo te preguntas porque decidiste salir de esa reconfortante cama si sabias que realmente no querias, si sabias que hacia frio allá afuera y si sabias que el dia realmente no lo valia tanto.
Y es como extraña la sensación, porque además existe un sentimiento de obligación, de deber, que es muy molesto, sin embargo incuestionable. Lo que lo hace peor, pues solo vez a las otras personas que siguen en sus camas reconfortantes o que alcanzaron a dormir suficiente y recuerdas que solias ser como ellos, es más recuerdas que te juntabas con ellos, salias con ellos, reias con ellos y eras feliz con ellos... ¿pero que paso? ¿En que momento te comprometiste a esto? ¿Con que objetivo?
Si miras para atras las cosas parecieran no tener sentido, existe una continuidad en tu persona, pero no en la historia, la historia se ve extraña, distorsionada, con vacios, como si existiera una contradicción inherente en la trama, tipica de algún escritor novel que se emociono demasiado escribiendo y termino escribiendo cualquier cosa.
¿Que ocurre? ¿Se podra arreglar? Pareciese que no ¿verdad? Pareciese que todo se va a quedar tal cual, sin posibilidad alguna de cambio, porque ya te oxidaste, no tu en verdad, sino más bien tus vinculos, se oxidaron. Tu mismo los cercenaste y los forzaste en un estado que parecia pseudodeliroso (pero bien conciente!) y probablemente el daño ya no desaparezca. Es Bizarro, todo es muy bizarro, quizás es solo el pago justo por tus males, por tus traiciones, por tu violencia, por tu cinismo.
Cavaste tu propia tumba, los gusanos comeran de tu carne y nadie derramara una lagrima.
A ver que se hace.
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